31 May ECO: domingo 2 de junio de 2024
CORPUS CHRISTI: FIESTA DEL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO
Evangelio de Marcos 14,12-16. 22-26:
El primer día de los Ácimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dicen sus discípulos:
¿Dónde quieres que vayamos a hacer los preparativos para que comas el cordero de PascuaɁ. Entonces, envía a dos de sus discípulos y les dice: Id a la ciudad; os saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua; seguidle y allí donde entre, decid al dueño de la casa:
«El Maestro dice: ¿Dónde está mi sala, donde pueda comer la Pascua con mis discípulos? Él os enseñará en el piso superior una sala grande, ya dispuesta y preparada; haced allí los preparativos para nosotros.» Los discípulos salieron, llegaron a la ciudad, lo encontraron tal como les había dicho, y prepararon la Pascua.
Y mientras comían, tomó pan y, pronunciada la bendición, lo partió, se lo dio y dijo: «Tomad, este es mi cuerpo». Tomó luego un cáliz y, dadas las gracias, se lo dio, y bebieron todos de él. Y les dijo: «Esta es mi sangre de la Alianza que va a ser derramada por muchos». Yo os aseguro que ya no beberé del producto de la vid hasta el día aquel en que lo beba nuevo en el Reino de Dios”.
Comentario:
PREPAREMOS NUESTRO ENCUENTRO CON EL PAN DE VIDA
Hoy celebramos la fiesta del Corpus Christi (del Cuerpo y la Sangre del Señor). Queremos agradecer el don de la Eucaristía, el don de Jesús entregado por amor que ha querido quedarse entre nosotros para ser nuestro PAN DE VIDA, para alimentarnos con su cuerpo y su sangre en nuestro caminar diario.
Sabemos que sin encontrarnos con Él, sin sentarnos a su mesa y, respondiendo a su invitación, alimentarnos con este Pan que da Vida nueva, no se entiende ni puede realizarse una vida cristiana o consagrada. Vivimos tan rápido que se nos puede olvidar esta profunda y gozosa realidad. Tenemos también el peligro de acostumbrarnos, de que se haga rutina que nos impida gozar de este gran don.
Jesús prepara el encuentro en esa pascua especial y pide a los discípulos que preparen todo.
¿Cómo preparamos nuestros encuentros con Él? ¿Lo deseamos tanto como Él nos desea?
El recordar nuestro primer encuentro con Jesús Eucaristía, nuestra Primera Comunión, nuestro deseo de recibirlo, nos puede ayudar a dar gracias por tantas invitaciones de Jesús y encuentros con Él donde nos ofrece su Amor total, nos alimenta y nos da nuevas fuerzas cada día.
El mundo, aún sin reconocerlo, tiene hambre de Dios. Quien recibe su Cuerpo se hace partícipe de su entrega, aprende día a día a participar de ese darse por Amor, en las pequeñas cosas y en las grandes, dejando que Él nos vaya enseñando un poco más a ser pan compartido con los otros, a ser sus testigos.
En esta hermosa fiesta te invito a dar gracias por el don de la Eucaristía y a preguntarte: ¿Cómo vivo mis Eucaristías, mis encuentros con Jesús? ¿Son fuerza en mi vida que me ayuda a vivir con Él a lo largo de mi jornada y llevo a Jesús a mi trabajo, a mi vida y encuentros con los otros?
Luisa Llopis
Misionera Claretiana