Cuaresma… con sentido común

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Cuaresma… con sentido común

“Manos vacías, eso es lo que espera en mí. Él me ha mandado dejarlo todo a sus pies, hasta que no tenga nada en mi poder, para que Él pueda llenar mi vida hasta rebosar, …”

Este canon te invita al vaciamiento interior para llenarlo de vida, libertad, sencillez, alegría, encuentro y humanidad… En definitiva, para llenarlo de Dios. Así te proponemos iniciar este tiempo de Cuaresma, tiempo especial para todos los cristianos.  

En muchas ocasiones te han presentado la Cuaresma como un tiempo triste, de “restricciones”,… Desde aquí te invitamos a utilizar “el sentido común” y vivir la Cuaresma como un tiempo para “reconquistar” tu verdadera libertad. Para ello te proponemos: aprender a vivir con pocas cosas y dejar paso al compartir, renovar el valor de la reconciliación, recordar todo lo bueno que Dios ha hecho en tu vida, Amar a Dios y al prójimo, desconectarte para profundizar en lo más interno de ti mismo, y, sobre todo, buscar para prepararte a vivir la Pascua de Jesús, la fiesta de las fiestas, de la alegría y de la vida. Tómatelo en serio y ábrete a lo que Dios te va a mostrar en estos 40 días. Y no pierdas de vista que “Dios no necesita nuestra preparación, ni nuestros ayunos, ni nuestras limosnas, ni nuestras oraciones. No nos preparamos para “aplacar” nosotros a Dios. Nos preparamos para cambiar nosotros y para que nuestro cambio llegue también al vecino. Es decir, para poner un poco más de luz y de sal y de bondad en el mundo. Eso es lo que le gusta a Dios: el cambio”1. 

Y, ¿Qué te puede ayudar?  

  • El ayuno: Aunque el pan es necesario para la vida, el ser humano no sólo vive de él. Tengo que alimentarme de Dios y buscar medios para alimentar a los demás. Haz un parón y piensa, poniéndote en la situación de tu hermano o hermana que está a tu lado: ¿De qué tengo que ayunar? ¿De qué me alimento? No puedes vivir queriéndolo todo, tus caprichos, antojos o deseos. El ayuno y la abstinencia tienen como fin una reconversión personal al Evangelio y a los otros. Lo que nos quitamos en tener lo ganamos en ser y en entrega a los demás. Conversión al Dios de Jesús.  
  • La oración: Charla más con Dios, calla en su presencia para que Él te hable. Busca tus momentos de oración, de escucha de la Palabra de Dios. Atrévete a desconectar el móvil (Redes Sociales), apaga la televisión, huye del ruido externo,… deja entrar el silencio para vivir tu vida desde lo que Dios te dice. 
  • La limosna: Solo tiene sentido si nace del corazón. Ya sabes que no es dar lo que te sobra, sino es dar lo que tienes, decides dar lo que tienes para que el hermano que tiene menos tenga lo necesario. Desde tu corazón reconoces al otro como hermano y le ayudas.  

Te invitamos a vivir esta Cuaresma “con sentido común”. 

Beatriz Mª Pereiro Acevedo