18 Oct ECO: domingo 22 de octubre de 2023
Evangelio de Mateo 22, 15-21:
En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta.
Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron: «Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no miras lo que la gente sea. Dinos, pues, qué opinas: ¿es licito pagar impuesto al César o no?»
Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús: «Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto.»
Le presentaron un denario. Él les preguntó: «¿De quién son esta cara y esta inscripción?»
Le respondieron: «Del César.»
Entonces les replicó: «Pues pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.»
Comentario:
TRAMPA Y VERDAD
Todo estaba calculado. Vamos a ponerle una trampa y lo pillaremos. Primeramente una adulación: “sabemos que eres sincero… y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad”; después una palabra engañosa: ¿“es lícito pagar impuesto al César o no”?
Siempre que queremos cargar contra una persona acudimos con preguntas engañosas, con razones enmascaradas, con adulaciones tramposas. Buscamos medios para hacer caer al otro porque nos apoyamos en las leyes para asegurar un respaldo a nuestras pretensiones insidiosas, a nuestros intereses. Presentamos apoyos legales, razones legítimas para hundir a la persona y condenarla injustamente.
Pero no. Jesús no se deja atrapar. Su respuesta está apoyada por la evidencia y la ley: “dad al Cesar lo que es del Cesar“ y añade “a Dios lo que es de Dios” no podemos mezclar los sentimientos ruines con la verdad y la justicia.
Para un cristiano el discernimiento tiene que ser una actitud constante y cotidiana. La sinceridad, el buen hacer, el amor son signos de la presencia de Dios. Buscar en las cosas lo bueno, lo que agrada, lo perfecto da plenitud de vida, desarrolla actitudes positivas y engrandece el corazón. Nos hace humanos, generosos y compasivos y, nos llena de alegría. Caminar en sinceridad y verdad es vivir en Dios.
Mª Ángeles Medraño
Misionera Claretiana