ECO: Domingo 2 de abril de 2023

Eco Domingo de Ramos 2 de abril Acompasando Claretianas Europa

ECO: Domingo 2 de abril de 2023

DOMINGO DE RAMOS

Evangelio de Mateo 21, 1- 11:

Al llegar cerca de Jerusalén, entraron en Betfagé, junto al monte e los Olivos. Entonces Jesús envió a dos discípulos encargándoles: id a la aldea de enfrente y enseguida encontraréis una borrica atada y un pollino junto a ella. Soltadla y traédmela. Si alguien os dice algo, le diréis que el Señor los necesita. Y enseguida los devolverá.

Esto sucedió para que se cumpliera lo anunciado por el profeta: “Decid a la ciudad de Sión: mira a tu rey que está llegando: humilde, cabalgando una borrica y un pollino, hijo de acémila”.

Fueron los discípulos y, siguiendo las instrucciones de Jesús, le llevaron la borrica y el pollino. Echaron los mantos sobre ellos y el Señor se montó. Una gran muchedumbre alfombraba con sus mantos el camino. Otros cortaban ramas de árbol y alfombraban con ellas el camino. La multitud, delante y detrás de él, aclamaba: “¡Hosanna al Hijo de David! Bendito el que viene en nombre del Señor. ¡Hosanna al Altísimo!”.

Cuando entró en Jerusalén, toda la población conmovida preguntaba: ¿Quién es éste? Y la multitud contestaba: es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea.

 

Comentario:

TU REY LLEGA HUMILDE Y PACIFICO 

En el domingo de Ramos la Iglesia propone una doble celebración del Misterio de Cristo. Mateo nos narra la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, que con la procesión de Ramos conmemoramos, pero después, en la Eucaristía, leemos la Pasión del Señor. Puede parecernos una contradicción que la liturgia, el mismo día, celebre el “triunfo” de Jesús y su muerte 

Jesús entra en Jerusalén, entre entusiastas aclamaciones de sus seguidores, y poco después, lo vemos, solo y abandonado, sufriendo su Pasión y muerte en la Cruz. No nos quedemos en el entusiasmo inicial, ni en la contradicción, porque precisamente el triunfo de Jesús es, superando todo miedo y dolor, entregar su vida hasta el final.  Esa misma procesión, con palmas y olivos, nos conduce, caminando con Jesús, a la Cruz donde tuvo lugar su auténtico triunfo. 

Y nosotros, ¿cómo entendemos “ser triunfadores”? Nos acostumbramos a ver en los medios “entradas triunfales” de famosos, deportistas, actores, cantantes… exhibiendo con orgullo trofeos, uniformes, trajes espectaculares… Es fácil pensar que triunfar es ganar: dinero, fama, prestigio, posiciones, poder…   Jesús es Rey triunfante en la humildad y la paz; se deja aclamar por los sencillos que recuerdan el bien recibido de él y lo aclaman con esperanza como Salvador, y, así va a ser. La salvación llegará, precisamente, porque este “Rey humilde y pacífico” va a entregar la vida en fidelidad y obediencia al Padre y en servicio a TODOS sus hermanos…  Mateo en su relato de la Pasión, presenta a Jesús como el esperado anunciado por los profetas. Pero su mesianismo, su triunfo, tiene el rostro del Siervo sufriente y fiel. 

Y nosotros, ¿Qué triunfo perseguimos? ¡Ojalá! nos sintamos invitados a seguir a Jesús en un servicio humilde, pacífico y fiel a los hermanos.