12 Abr ECO: domingo 14 de abril de 2024
Evangelio de Lucas 24, 35-48:
“Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros.» Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu.
Pero él les dijo: «¿Por qué os turbáis, y por qué se suscitan dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo.» Y, diciendo esto, los mostró las manos y los pies. Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: «¿Tenéis aquí algo de comer?» Ellos le ofrecieron parte de un pez asado. Lo tomó y comió delante de ellos.
Después les dijo: «Estas son aquellas palabras mías que os hablé cuando todavía estaba con vosotros: «Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí.»»
Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras, y les dijo: «Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén. Vosotros sois testigos de estas cosas.”
Comentario:
LES ABRIÓ LA INTELIGENCIA
Pedro ha visto a Jesús y esto ya ha convencido a la comunidad de la verdad de la resurrección. Llegan los de Emaús, a los que Jesús, por el camino, les explicó el significado de las Escrituras y partió en Pan para ellos. Ellos anuncian también que lo han visto y que lo reconocieron cuando Él hizo el gesto tan familiar de partir el pan.
La pequeña comunidad ya cree en la resurrección, por lo que ha oído de los testigos, pero para poder ser testigos necesitarán tener ellos también la experiencia del Resucitado. Jesús se presenta ante ellos, la alegría de todos es tan grande que no pueden creer. Lo habían visto muerto en aquella cruz, todos ellos lo habían dejado solo en el momento en que más los necesitaba. ¿Cómo puede ser que venga a vernos?
Soy yo, miren como tengo carne y huesos, los fantasmas no los tienen. Aquí hace con ellos lo mismo que hizo con los de Emaús, les abrió la inteligencia para que pudiesen comprender las Escrituras. ¿No es esto lo que hace con nosotros?
María Antonia París, Fundadora de las Misioneras Claretianas, nos cuenta una experiencia del Espíritu: “Estaba yo muy atenta admirando lo que pasaba y me parecía iba leyendo la Ley Santa del Señor; pero sin ver ningún libro, ni letras, la veía escrita, y la entendía tan bien que parecía se imprimía en mi alma; pero de un modo muy particular el libro de los Santos Evangelios, que hasta entonces yo nunca había leído […] después que por la gracia de Dios he leído alguna cosa, lo he visto escrito a la letra como entonces me lo enseñó Nuestro Señor desde el Árbol Santo de la Cruz.»
A los apóstoles, a M. Antonia, les abrió la inteligencia para que comprendieran su Palabra. ¿Y a ti? ¡Deja al Señor que hable a tu corazón…!
Regina Tutzo
Misionera Claretiana