La felicidad de los Santos y de los Difuntos 

31-10-2024-DIFUNTOS-P

La felicidad de los Santos y de los Difuntos 

La Iglesia celebra en los próximos días la solemnidad de todos los Santos y la Conmemoración de los difuntos. 

¿Cuál es la semejanza de los santos y los difuntos? 

La semejanza es que ambos han muerto ya. Ambos nacieron un día a la vida terrenal y un día han sido llamados a la Vida con mayúscula.

¿Por qué hablar de la felicidad de los santos y los difuntos?  

Si reflexionamos sobre sus vidas, encontramos que han sido personas que durante su vida supieron entregarse a Dios y a los demás. Fueron felices porque vivieron desde los valores del Evangelio no desde las cosas vanas y superfluas… y creyeron que el fin de la vida no es la muerte sino la resurrección, porque Dios es el Dios de la vida no de la muerte. 

Antonio López Baeza en su poema “Feliz el hombre” nos da la clave de cómo vivir la verdadera felicidad. 

 

Feliz el hombre 

Feliz el hombre 

que se sabe en camino hacia sí mismo, 

y sin dar cabida en su corazón a estériles fantasías 

se enfrenta cada día con su propia realidad. 

 

Feliz el hombre 

que no se considera desprovisto de valor, 

y cultivando los dones recibidos 

se abre al infinito de Dios que mora en él. 

 

Feliz el hombre 

que se reconoce necesitado y hambriento 

de algo que lo supere y dinamice 

más allá de los límites de su yo posesivo. 

 

Feliz el hombre 

que huye de las respuestas prefabricadas, 

y busca, aunque se vea incomprendido y solo, 

la verdad que lo libere de toda la rutina existencial. 

 

Feliz el hombre 

que cultiva las raíces de su solidaridad universal,  

y acepta que su vida será bella y fecunda 

cuando más hondo baje en la tierra del dolor compartido. 

 

Él será una primavera en la historia de los hombres; 

y los miedos, vacíos y desesperanzas 

que royeron el corazón de tantos hermanos, 

no tendrán ya poder de muerte para muchos 

gracias a la descarga de amor que de él recibieron. 

 

Feliz el hombre 

que se propuso por encima de todo ser fiel a sí mismo, 

porque en sí mismo 

fue camino para el encuentro de Dios con los hombres. 

 

(Gritos de dolor y de alegría- Antonio López Baeza)