26 Jul ECO: domingo 30 de julio de 2023
Evangelio de Mateo 14, 44-52:
El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece también a un comerciante de perlas finas, que al encontrar una de gran valor se va a vender todo lo que tiene y la compra. El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final de los tiempos: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno de fuego. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Habéis entendido todo esto?». Ellos le responden: «Sí». Él les dijo: «Pues bien, un escriba que se ha hecho discípulo del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando de su tesoro lo nuevo y lo antiguo».
Comentario:
¿HABÉIS ENTENDIDO TODO ESTO?
Jesús, hoy, te invita a hacerte dos preguntas: ¿Qué tengo que entender? y ¿Cuál es el verdadero tesoro de mi vida?
Está claro que el Reino de los cielos es lo contrario de las cosas superfluas que nos ofrece nuestro mundo. El agricultor y el mercader se encuentran con algo de enorme valor, que no esperaban o que supera sus expectativas. Es tal la certeza de que lo hallado es mucho mejor, que son capaces, radicalmente y con decisión, de vender todo lo que tienen para disfrutar de lo hallado. El Reino de los cielos es así: una vez que se conoce, se hace todo lo posible para disfrutarlo, renueva nuestra vida y nos lleva hacia horizontes más amplios. Por lo tanto, la invitación es a ser una persona “buscadora”, inquieta y disponible por el Reino de los cielos.
Nuestras seguridades, el anhelo de tener, el afán de poder y el pensar sólo en uno mismo impiden esta búsqueda. ¿Serías capaz de “vender” todo abandonando tus seguridades por construir el Reino de Dios? ¿Estarías dispuesto a jugártelo todo?
Si tu vida resulta apagada o mediocre, quizás sea porque no has ido en busca de tu verdadero tesoro, ¡te has conformado! Lo superfluo dura un instante, el “tesoro encontrado” dura toda la vida.
Si has encontrado el tesoro y está en tu corazón, lleno de alegría, “vende” cuanto tengas y que esta Palabra sea el motor de tu vida. Y ten por seguro, que no estarás dispuesta a abandonar este “tesoro escondido y la perla de gran valor”.
Stefania Vannozzi