18 Abr ECO: domingo 21 de abril de 2024
Evangelio de Juan 10, 11-18:
En aquel tiempo, dijo Jesús:
«Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor.
Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.»
Comentario:
A TI TE SIGO SEÑOR, SÉ MI PASTOR
En este IV domingo de Pascua, el evangelio se centra en la imagen de Jesús buen Pastor. Esta imagen es conocida ya en el Antiguo Testamento, Moisés estaba cuidando un rebaño cuando Dios se hizo presente en la zarza ardiente y David era pastor antes que el Señor lo eligiese para ser pastor de su pueblo. El profeta Ezequiel, durante el exilio habla de Dios como pastor: “como un pastor vela por su rebaño (…), así velaré yo por mis ovejas. Las reuniré de todos los lugares donde se habían dispersado en día de nubes y brumas” (Ez 34, 12).
Jesús se presenta como el buen Pastor y nos indica tres características propias del pastor bueno: El buen pastor da su vida por las ovejas, conoce a sus ovejas y ellas le conocen y nos une como una sola familia “un solo rebaño, un sólo pastor.”
Jesús nos llama hoy a unirnos a su llamada, a su propuesta de entrega y amor que es la voluntad del Padre. Cumplir el mandato del Padre es hacer presente el amor de Dios a la humanidad, a cada uno de nosotros.
La muerte de Jesús es una opción libre y generosa de entrega de amor a los seres humanos hasta sus últimas consecuencias.
Hoy Jesús nos sigue llamando en medio de nuestros trabajos de cada día, en nuestras alegrías y nuestros desvelos, en nuestra soledad o rodeados de multitudes, nos ama, nos cuida y nos acompaña cada día de nuestra vida. Pongamos toda nuestra confianza en Él, estamos llamados a ser testigos de su Amor y anunciarlo en nuestra vida.
Os comparto esta canción de Salomé Arribita que describe bien lo que es tener a Jesús como nuestro pastor:
Mª Carmen Martínez Luján
Misionera Claretiana