
03 Oct ECO: domingo 6 de octubre de 2024
Evangelio de Marcos 10,2-16
En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos y le preguntaron a Jesús para ponerle a prueba. «¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?»
Él les respondió: «¿Qué os mandado Moisés?»
Contestaron: «Moisés permitió divorciarse dándole a la mujer un acta de repudio».
Jesús les dijo: «Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo: «Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido se casa con otro, comete adulterio».
Le presentaron unos niños para que los tocara; pero los discípulos les regañaban.
Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños se acerquen a mí, no se lo impidáis, de los que son como ellos es el Reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el Reino de Dios como niño, no entrará en él».
Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.
Comentario:
El evangelio de este domingo es uno de esos textos que cuando lo leemos, solemos pensar inmediatamente que el divorcio entre un hombre y una mujer es a consecuencia de la infidelidad de uno u otro. En algunos casos puede ser así; pero lo que no pensamos es que las separaciones en la actualidad se dan además cuando el amor entre la pareja se enfría porque entre ellos no hay diálogo, ternura, detalles, tiempos dedicados a la familia que han creado.
Podemos tener también otro punto de vista y detenernos en la frase que nos presenta el texto: “al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer”, que hace referencia al libro del Génesis (cf. 1,27). Sí, hemos sido creados por Dios desde su amor. Cada ser humano tiene en su ADN el amor de Dios con el que Él lo ha creado, lo que nos da la capacidad de amar y ser amados.
Todos conocemos parejas que han celebrado sus bodas de plata, de oro y los hemos visto que han vivido felices todos esos años no exentos de dificultades, pero han sido capaces de superarlas desde el diálogo y la comprensión.
Te invito a que traigas a tu mente alguna pareja que conozcas que son para ti ejemplo de fidelidad.
Agradece a Dios por haber creado al hombre y mujer y que haya puesto en el ser humano la capacidad de amar y de ser amados.
Bertha S. Banegas
Misionera Claretiana