02 Nov ECO: domingo 5 de noviembre de 2023
Evangelio de Mateo 23, 1-12:
“Entonces Jesús se dirigió a la gente y a sus discípulos y les dijo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas. Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres; se hacen bien anchas las filacterias y bien largas las orlas del manto; quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, que se les salude en las plazas y que la gente les llame «Rabbí».
«Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar «Rabbí», porque uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos hermanos. Ni llaméis a nadie «Padre» vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo. Ni tampoco os dejéis llamar «Directores», porque uno solo es vuestro Director: el Cristo. El mayor entre vosotros será vuestro servidor.
Pues el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado”.
Comentario:
COHERENCIA Y ENTREGA SINCERA
En la liturgia de este domingo, el Señor nos hace un retrato de los personajes más importantes de Israel de aquel tiempo (fariseos, maestros de la Ley…). Éstos viven en una situación superficial, no son más que apariencia: “Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres” (Mt 23,5). Y, además, cayendo en la incoherencia, “porque dicen y no hacen” (Mt 23,3), se hacen esclavos de su propio engaño a buscar sólo la aprobación o la admiración de los hombres. De esto depende su consistencia.
El Señor desea que seamos coherentes entre lo que decimos y hacemos. Que nuestra autoridad provenga del buen ejemplo y no de imponer normas que nosotros mismos no cumplimos. La genuina grandeza cristiana está en la humildad y el servicio desinteresado, no en la ostentación o en el aparentar.
Pidamos al Espíritu Santo su gracia para ser auténticos, edificando con el ejemplo más que con solo palabras. Que nuestra vida de fe se base en la caridad sincera y la entrega misionera, buscando la mayor gloria de Dios y no a nosotros mismos.
Que San Antonio María Claret y Antonia París nos ayuden a ir contra corriente y que los valores del evangelio se nos metan en nuestros ideales y en nuestro actuar diario como lo hicieron ellos viviendo a tope la vocación a la que fueron llamados.
Beatriz Cecilia Medina