11 Jul ECO: Domingo 16 de julio de 2023
Evangelio de Mateo 13, 1-9:
“Llamados a dar fruto y un fruto que permanezca”
Aquel mismo día salió Jesús de casa y fue a sentarse a la orilla del lago. Como se reunió mucha gente, subió Jesús en una barca y se sentó, mientras la gente se quedaba en la orilla. Y se puso a hablarles de muchas cosas por medio de parábolas. Les dijo: “Un sembrador salió a sembrar. Y al sembrar, una parte de la semilla cayó en el camino, y llegaron las aves y se la comieron. Otra parte cayó entre las piedras, donde no había mucha tierra; aquella semilla brotó pronto, porque la tierra no era profunda; pero el sol, al salir, la quemó, y como no tenía raíz, se secó. Otra parte cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron. Pero otra parte cayó en buena tierra y dio una buena cosecha: unas espigas dieron cien granos por semilla, otras dieron sesenta y otras treinta. Los que tienen oídos, oigan.”
Comentario:
Cuantas veces he leído, escuchado, meditado y explicado esta parábola de Jesús.
En todas las ocasiones, me he fijado en la figura del sembrador, pocas en la tierra y también en los tipos de oyentes.
La tierra, es fundamental para un agricultor, hay que cuidarla, removerla y ante todo no recargarla, es decir “dejarla reposar”, saber que generosamente nos dará ese fruto ansiado, con paciencia.
Nos presenta, cuatro tipos de oyentes. En cada uno de éstos podemos estar los que escuchamos la Palabra, dependiendo de cómo hemos sabido abonar nuestra tierra y cómo han ahondado las raíces de esa semilla lanzada por el sembrador.
Hoy pregúntate: ¿Qué tipo de oyente soy yo? ¿Cómo “cae” la Palabra en mi vida?
Por eso como dice al final de la parábola: “los que tienen oído, que oigan” con nuestros sentidos bien abiertos para que, en cada momento de nuestra vida, sepamos dar el ciento por uno.
Mª Pilar Liria